La primavera está en mí..

¿Qué significa una nueva estación? ¿Por qué todos esperamos que un nuevo mes o una nueva época llegue a nosotros con un pan bajo el brazo? Sí, usé un dicho que usa mi abuela y qué. .

Siempre esperando que algo llegue, que algo acontezca. Como si el aquí y ahora no fuera suficiente.

En este preciso momento, el viento se cuela por mi ventana haciendo volar suavemente las cortinas blancas, olor a vainilla, mi cama está más cómoda de lo usual, respiro y siento ganas de sonreír. Y ahí te das cuenta que ni siquiera es el entorno el que te hace feliz, sino el pecho que se infla al respirar.

No necesito que la primavera sienta presión por traerme la felicidad, porque ella aquí y ahora está conmigo. 

Porque las estaciones están en mí, el universo soy yo. Encuentro en mi misma las facetas del otoño, del invierno, así como el verano. Escribiendo las entradas para el blog, me di cuenta de que en cada una de ellas, soy diferente. En una me siento consciente y en otras totalmente pérdida en el romanticismo amoroso que te vuelve inconsciente. Pero eso soy yo, ese es mi proceso. Esas son las estaciones dentro de mi. 

             Hoy soy primavera y me expando a través del perfume de las flores. 

En el momento y lugar exacto.

Un minuto antes o uno después, un lugar más cerca o más lejos. Imagino las miles de posibilidades pero la realidad es que en ese momento para vos y para mi solo existieron ese minuto y ese lugar.

Pensaba en vos en el taxi camino a la terminal. Llegué, me equivoqué de agencia, volví sobre mis pasos y ahí estabas. Nos cruzamos de frente, te miré a los  ojos y vos penetraste los míos. No dije nada, no dijiste nada. Me fui, te fuiste.

¿Alguien puede explicarme cómo pueden pasar estas cosas? Vivimos en diferentes ciudades, diferentes vidas, no hablamos hace más de un año.. y ahí estábamos.

¿Lo atraje con mi mente? ¿La vida me quiso dar una señal? En ese caso, ¿cuál es la maldita señal?

Acá estoy, en pijamas, cuestionando tu deliciosa aparición en mi vida, mientras tú abrazas un cuerpo que no es el mío.

Quiero ser.

Soy, sin adjetivos. Lo curioso es que constantemente no hago más que encasillarme, etiquetarme y juzgarme. Soy una chica estudiosa, soy generosa, soy buena amiga, soy sincera, soy difícil con los hombres y bla bla bla.  ¿Esa es la mujer que soy? ¿ O es una imagen que quiero sostener tanto a los demás como a mi misma? Hoy me inclino por la segunda. Creo que esa persona que pongo en adjetivos no es más que una apariencia, pero una tan intensa que hasta yo llegué a creerla.

Hace unos días me propuse hacer realmente lo que quiero. Suena algo muy obvio pero diría que hoy en día es muy difícil encontrar a una sola persona que hace lo que quiere. 

Me propongo no juzgarme , y si lo hago, darme cuenta que es mi mente la que habla y no la realidad. 

Me propongo dejar de mantener una imagen hacia el afuera, y si lo hago, ser consciente de eso. De que lo hago porque tengo miedo, porque quiero ser aceptada.

Me propongo abrazarme a mi misma en ese momento.


Confesión: Todos los días que vuelvo de la facultad a casa, me cruzo con chicos sexys ( adjetivo, lo   sé). Estos chicos que parecen los hermanos menores de Brad Pitt, me miran y nuestras miradas se cruzan (Vale aclarar que me cruzo con un chico a la vez) nos damos vuelta y sonreímos. Pero yo, nunca paro. Ya que ahí aparece mi mente diciendo que eso no es propio de  una buena chica.
El otro día me crucé con un chico, me sonrió y PARÉ. Sí señores, esta chica "buena"  paró  y caminó hacia el chico. Hablamos, me pidió mi número de celular  y me fui a casa  contenta de  haber podido dejar los prejuicios por lo menos por un instante. 

                                          Ya no quiero ser nada de esto, solo quiero SER.